El Club de los Sin Camisa

18.Sep.2014 / 04:37 pm / Haga un comentario

 “… trescientos años de calma, ¿no bastan?”

Simón Bolívar.  3 de Julio de 1811

Nelson Escobar

A nuestra columna semanal, nos llega la opinión del joven médico del proletariado Carlos Aponte, por su importancia autocrítica, la publicamos para el debate:

 

En el escenario actual, luego de transcurrido quince años del proceso bolivariano echado adelante por el comandante Hugo Chávez con una generación de valientes soldados que irrumpieron con casi cinco décadas de coloniaje industrial y financiero estadounidense, con la promesa de impulsar  un proyecto enmarcado en la integración latinoamericana y la construcción del socialismo del siglo XXI, y  cuando arribamos a los dieciocho meses de la siembra del líder Hugo Chávez; se da el II Congreso de la Juventud de nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela (JPSUV), cuyo objetivo debió ser la continuidad histórica de la revolución; planteándose la integración bolivariana, entendiendo entonces “que la emoción revolucionaria da unidad a la América Indo-española.  Los intereses burgueses son concurrentes o rivales; los intereses de las masas no”(1).   En este sentido, se hace necesario que esta generación de la segunda independencia, debe tener una política trazada por una perspectiva de clase;  pues la lucha de clases es el motor de la historia y “por muy escaso crédito que se conceda a la concepción materialista de la historia, no se puede desconocer que las relaciones económicas son el principal agente de la comunicación y articulación de los pueblos. Puede ser que el hecho económico  no sea anterior ni superior al hecho político, pero, al menos ambos son consustanciales  y solidarios.  La historia moderna lo enseña a cada paso”(2).  La juventud bolivariana debió librar profundos debates en materia económica;  haciendo un esfuerzo por caracterizar el capitalismo venezolano, sus relaciones de producción intrínsecas en una economía dependiente de la renta petrolera, la proyección y el papel de la economía venezolana en la integración continental bajo el esquema de la complementariedad, apoyándose en la diversidad de potencialidades de los países suramericanos tal cual como lo venía realizando el comándate Hugo Chávez, para así no sólo levantar con orgullo las banderas que los oportunistas de orilla han decidido llamar “chavismo puro”, sino también llevar éstas a un estadio superior como un aporte a la lucha latinoamericana y caribeña.

Ese escenario descrito arriba, es el deber ser de un Congreso de jóvenes revolucionarios en la Venezuela actual, pero tristemente vimos que en la práctica fue totalmente diferente cuando al frente de nuestra juventud han colocado una dirigencia de jóvenes que no calzan los puntos para la construcción del socialismo, ni para cimentar las bases de la integración latinoamericana y por si fuera poco, son el reflejo de una dirigencia que pretende entretener a la juventud con bombos y platillos al ritmo de falaces consignas, dando cabida a la propagación de los más bajos instintos humanos,  instigando a nuestra juventud a ceder ante éstos para que así abra cortésmente las puertas del prostíbulo político donde piensan ahogar la revolución bolivariana al más puro estilo de la pantalla estadounidense “bajos instintos”.   Política que es cónsona con los  intereses de la ideología imperialista, tal cual como lo reza el escrito de Allen Wels Dulles, cuando elaboraba el plan que la CIA llevaría a cabo en la extinta Unión Soviética.   No es fortuito que dicho Congreso haya sido el escenario de manifestaciones de indisciplina, signadas por un fétido espíritu burgués que pavonea con el circo electoral del chavismo domesticado con el que piensan algunos dirigentes de nuestro gobierno seguir embaucando a nuestro pueblo que aun alberga la esperanzas de la construcción de una nueva sociedad; cual capullo protege el pétalo de una flor, dando origen a un compromiso militante que caracteriza a este pueblo con una fuerza colosal expresada en su capacidad de trabajo en pro de la construcción del socialismo bolivariano.

 

1 y 2:  José Carlos Mariátegui. “La Unidad de la Américo Indo-española”. 1924.

 

 

“No puede haber una juventud acrítica.

A la juventud revolucionaria le corresponde el ejercicio de la rebeldía  crítica  y  creadora:

su participación protagónica es decisiva para  la batalla sin tregua contra  las desviaciones”.

“Esta revolución será eterna y real sólo si la juventud

Venezolana la encarna y la hace suya”.

Programa Aló Presidente Teórico 5. Caracas. 2009

Lectura Recomendada: “Tareas de la Juventudes Comunistas” Vladimir Ilich Lenin

 

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